El séptimo arte recoge historias que tienen como protagonistas los conflictos vecinales más inusuales que puedas imaginar. El administrador de fincas se encarga de mediar entre los vecinos afectados, procurando velar por la comunidad. Esa es su función y, por tanto, a la que destina todos sus esfuerzos. Por eso, vamos a hacer un repaso a las películas y series en las que, tanto los vecinos como el administrador, cobran especial interés en el argumento de la historia.
A lo largo del tiempo, el cine ha sido el perfecto escenario para retratar la vida y la convivencia de todo un variopinto de vecinos. Se han colado en nuestras casas y los hemos visto enzarzados por una derrama, en medio de un triángulo amoroso o incluso luchando por un problema de morosidad. La película más sonada de la historia es La Comunidad, dirigida por Álex de la Iglesia, que cuenta en clave cómic la experiencia de una finca madrileña que lleva más de 20 años esperando repartirse la fortuna que le tocó a su anciano vecino. El cabecilla de toda la trama es el administrador de fincas (Emilio Gutiérrez), que no tiene escrúpulos y está dispuesto a llegar a lo más bajo con tal de repartir el tesoro entre la comunidad de propietarios.
Asimismo, existen otros films que también han pasado a la historia por sus disputas vecinales o sus rutinas chocantes, como es el caso de La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcok, en la que el protagonista se pasa toda la película observando a sus vecinos, desde su despacho. El protagonista encarna al voyeur más perverso que tiene a todo el barrio controlado con su teleobjetivo. Vecinos, del año 1981, es otro título que nos viene a la mente, cuando pensamos en una comunidad. Aunque no tiene a nadie a cargo de la finca, en las afueras de Madrid viven Luis y Aurora, que llevan una vida tranquila hasta que aparece Antonio, su nuevo vecino. Luis muestra una actitud de desconfianza y prefiere mantenerse al margen de la gente que habita en su urbanización, pero Aurora representa el lado más social, abierto y positivo. Este contraste ocasiona los problema entre este matrimonio cuando Aurora y Antonio se hacen amigos.
Otro ejemplo cinematográfico que seguramente os resulte más familiar porque lleva años colándose en nuestras casas son las conocidas series de Aquí no hay quien viva y La que se avecina. Muestran en clave de humor una vez más cómo la convivencia y los conflictos entre vecinos pueden llevar a la locura a una comunidad. Concretamente, en LQSA, se aprecia la figura del administrador de fincas cuando el presidente decide contratar a uno para llevar una gestión más transparente. Pero lejos de salir bien, como siempre, ocurre algo inesperado que hace que da un giro en la trama. Lo mismo que ha ocurrido en esta temporada, en la que Javi recomienda a su padre, Vicente, y Fermín que contraten los servicios de un administrador de fincas. Pero las rigurosas medidas anti-morosidad que implementa el nuevo gestor originan un grave conflicto entre los habitantes del complejo residencial.
Y cómo no, otra personalidad inolvidable que habla por sí misma es la figura presidencial más televisiva del panorama español, encarnada por José Luis Gil, quien ejerce como presidente de las dos comunidades más longevas de la televisión. Gil es el primero en fomentar desde la ficción la importancia de la figura del administrador de fincas para lograr una mayor transparencia en su gestión como presidente de la comunidad.