Es muy probable que tu comunidad de propietarios se haya convertido en una gran familia en la que, por suerte o desgracia, os conocéis todos . Un espacio común donde cohabitáis numerosas personas y todas tenéis una historia detrás. Vivencias como las que puede tener la jubilada del tercero, el soltero del ático, el matrimonio feliz, las alquiladas, la pareja del quinto, los amigos del sexto… Individuos con personalidades propias que al final terminas conociendo porque convives con ellos.
Algunas veces se convierten en buenos vecinos, lo que da lugar a una relación estrecha y sólida entre ambos pero otras, se producen algunas disputas por motivos relacionados con la comunidad de propietarios. Desde el portal, hemos querido recopilar un listado de perfiles únicos que, pese a su caracter individual, se repiten en distintos vecindarios. Ya sea en Barcelona, Madrid, Valencia o Andalucía siempre hay algún vecino que podemos identificar con alguno de estos clichés.
En muchas fincas o residenciales cuando nos instalamos nos topamos con personas, como la entrañable pareja de ancianos jubilados que lleva toda una vida en el barrio y se encargan de mantenerte informado de todo lo acontecido hasta el momento en la comunidad. O la pareja de recién casados que se acaba de comprar la vivienda y está haciendo reformas para darle un lavado de cara. Todavía no están acomodados del todo y el administrador ya les está dando toda la información relativa a la comunidad e informándoles de la próxima junta.
No menos entrañable es la famila del quinto, que vive con su niña pequeña de 6 años, a la que todos adoran, salvo cuando le entran ataques de histeria con su madre porque quiere seguir jugando y ya es la hora de ir a la cama. O la familia numerosa del primero, que tienen tres niños y son mucho más ruidosos que Nadia, la pequeña del quinto.
En las comunidades de propietarios de las grandes ciudades es inevitable no encontrarse con la figura del empresario o emprendedor, que dedica más horas de las que tiene el día a su trabajo. Aislado en las cuatro paredes de su ático dúplex piensa la estrategia que seguirá con sus clientes. Aunque no acude a las juntas porque está todo el tiempo reunido, su presencia es grata para sus vecinos.
Lidia está de paso en la comunidad con su amiga Paula. Han alquilado recientemente el cuarto A y como no tienen la obligación de acudir a las reuniones vecinales se mantienen al márgen de todo, salvo cuando sus fiestas nocturas perturban el descanso de la comunidad. Entonces su presencia sí que se vuelve más evidente para los vecinos, quienes continuamente se están quejando a la propietaria de sus inquilinas.
Por supuesto, tampoco puede faltar el vecino que no va nunca a las reuniones pero quiere estar informado de todo lo que sucede en el bloque, para lo que continuamente concierta reuniones con el administrador y el presidente para interrogarles sobre el funcionamiento del edificio. Estos son sólo algunos de los centenares de perfiles que podemos encontrar.