-Vives en una comunidad de vecinos, ¿alguna vez has tenido algún problema con tus vecinos?
He pasado la mayor parte de mi vida en casas independientes que, como mucho, tenían vecinos pegados a un lado, como en la que estoy ahora, pero la verdad es que ni por esas puedes evitar anécdotas curiosas, divertidas o hasta encontronazos. También he vivido en pisos y ¡no tiene desperdicio, siempre hay algo que comentar o algún fuego que apagar!
Mis abuelos siempre vivieron en la misma comunidad, donde pasé mucho tiempo, y no soportaba quedarme a dormir allí porque el vecino de arriba tenía insomnio (o muy mala leche) y dedicaba las noches a reorganizar los muebles de su casa. Recuerdo que la presidenta era chillona e insoportable y que le llamaban “la rebuts” (“la recibos”, en catalán) porque cuando aparecía solo era para pedir dinero, jajaja. Y algo épico que no olvidaré: el duelo o cruzada que hubo durante más de 40 años entre mis abuelos y los vecinos de enfrente (que, precisamente, eran los abuelos de la cantante Mónica Naranjo), convirtiendo hasta la más mínima nimiedad en la mayor ofensa para una u otra parte. ¡Demencial y agotador!
-¿Qué es lo más curioso que has podido presenciar como inquilina?
Como inquilina me han pasado mil cosas. Desde seguir una telenovela romántica gracias a una vecina escandalosa que aireaba todas sus noches de amor y sus mañanas de desamor justo delante de mi puerta (incluyendo desfile de amantes despechados en calzoncillos huyendo por el pasillo y ropa volando por la ventana) hasta subir a hurtadillas con mi marido, ambos en pijama, desde el sótano -2 hasta el tercer piso, y todo porque al subir de tirar la basura escuchábamos que había reunión de vecinos sin saber en qué piso y no queríamos ni que nos vieran ni que nos pillaran para quedarnos. ¡En mi defensa diré que como inquilinos no nos tocaba estar! Pero tampoco me apetecía que me viera toda “la Corte” en pijama.
-Si te tocara ser presidenta de la comunidad, ¿qué sería lo primero que harías?
¡Socorroooo! Jajaja, eso de ser presidenta de la comunidad suena a quebradero de cabeza de los grandes… Pero bueno, si me tocara lo cierto es que lo primero que haría sería “liderar la comunidad”, es decir, predicar con el ejemplo para “educar” remando junto al resto, en la misma dirección que los demás propietarios y hacia lo más beneficioso para todos.
-¿Y lo último?
¿Respirar tranquila con un problema menos, cuenta? Bueno, hablando en serio, creo que lo último que haría como presidenta de la comunidad sería dejar bien definida la situación actual; esto es: ver qué es necesario mantener, qué habría que desactivar y qué falta por mejorar. ¡Algo así!
-Si pudieras escoger a tus vecinos, ¿con qué perfiles te gustaría convivir?
No me importaría en absoluto la edad, raza, sexo, profesión, orientación sexual, procedencia o etc de mis vecinos pero sí me gustaría poder elegir a personas tranquilas, cívicas y educadas con las que compartir momentos cordiales (pero no tensos, jeje) sin la necesidad de tener que establecer una relación de amistad forzada con tal de asegurar que no me van a hacer la vida imposible (sí, lamentablemente he visto ese tipo de situaciones no correspondidas en las que luego se hace un infierno el vivir en el mismo rellano o pared con pared). En definitiva, creo que me gustaría ser mi propia vecina jajaja (soy hasta de las que susurra por la noche para no molestar a nadie).
-¿Qué papel crees que desempeña un administrador de fincas?
Si no me equivoco, por lo que sé, es un profesional del sector (inmobiliario o de gestión de inmuebles) que es contratado por la junta de propietarios para hacerse cargo de los temas financieros, de gestión, mantenimiento, legales y etc de la comunidad. Vamos, el ángel de la guarda del presidente o, al menos, su mano derecha en cuestiones de administración y gestión, que no de decisión.
-¿Recuerdas alguna película que esté ambientada en una comunidad de vecinos o en la que aparezca esta figura? ¿Cuál?
Déjame pensar. “La ventana indiscreta” de Hitchcock (que comunidad no tenía pero vaya vecinito), “Gran Torino” de Clint Eastwood, “La Comunidad” de Álex de la Iglesia, “Malditos Vecinos” y su delirante batalla campal (te ríes mucho pero menuda papeleta encontrarte con una fraternidad de adolescentes peleones en la casa de al lado), “Manolito Gafotas” viviendo en una comunidad de vecinos en Carabanchel, “La Colmena”… ¡Y las típicas series! ¿Eso cuenta también, no? La tragicomedia de una comunidad de vecinos española en “Aquí no hay quien viva” y “La que se avecina” y el ejemplo de que un pueblo pequeño o un vecindario puede ser exactamente como una comunidad de vecinos: “Everwood”, “Las Chicas Gilmore”, “Mujeres Desesperadas»…
-Vivimos en un mundo colmado de aplicaciones, ¿te imaginarías cómo sería un aplicación con la que poder gestionar tu comunidad con solo un dedo?
Eso sería genial. Para mí tener todo bajo control es algo imprescindible y saber que la comunidad e incluso la vivienda pueden gestionarse con un solo dedo es un plus de tranquilidad que tiene mucho peso. En buenas manos, creo que podría ser una herramienta muy útil para mantener la seguridad, eficiencia y buen estado de las zonas comunes y de las viviendas particulares. ¡Hay que patentarlo ya!
-¿Cómo crees que serán las viviendas en un futuro lejano?
Me apasionan las novedades tecnológicas y las inteligencias artificiales, así como la creación de estructuras que reducen al máximo el impacto geográfico y ambiental, de modo que quiero creer que en el futuro las viviendas serán inteligentes, autosuficientes, muy ecológicas y de diseño minimalista.