Como todos los meses, entrevistamos a uno de nuestros convecinos para conocer más de cerca sus peripecias vecinales, cuáles son los conflictos a los que se ha tenido que enfrentar con los propietarios de su vivienda, qué haría si fuera presidente y qué medidas adoptaría para mejorar su bloque de viviendas y esto es lo que nos ha contado, Raquel, una vecina del Barrio Gótico de Barcelona.
Raquel tiene 35 años, hace un año se compró el piso en el barrio y es la nueva de momento. Lo que más miedo le daba al adquirir el inmueble era los vecinos que le tocarían porque, claro, una vez estás allí te toca convivir con ellos y todos sabemos que la convivencia no es una tarea fácil.
-¿Es la primera vez que llegas a una comunidad de vecinos? ¿Cómo te la imaginabas?
Sí, porque antes vivía en una casa independiente con mis padres en el campo y años más tarde he decidido mudarme a Barcelona por trabajo. Y la verdad es que me imaginaba que sería como estamos acostumbrados a la ficción, pero nada que ver.
-¿Ya has asistido a alguna junta?
Fui a una en verano porque nos convocaron para hablar sobre la partida de morosidad del edificio, porque algunos vecinos no han pagado durante varios meses y eso dificulta que se puedan hacer reformas e inspecciones técnicas en el edificio, entre otras cosas.
-¿Cuáles son los conflictos vecinales más habituales en tu finca?
Las quejas por ruidos. Los vecinos están en guerra continuamente por esa razón, porque hay gente joven alquilada que hace fiestas o trae gente hastas las tantas de la mañana y luego tenemos también a los que tienen perros y lloran en su ausencia.
-¿Cómo lo solucionáis?
Normalmente se le comunica al presidente y este es el encargado de hacer de intermediario y remitir la queja vecinal. Pero la verdad es que las medidas para erradicar estos problemas todavía se hacen de esperar.
-Con toda la polémica que ha habido con el uso indebido de alquileres turísticos a través de la plataforma Airbnb, ¿os habéis visto afectados?
La verdad es que no. Nosotros no hemos notado nada extraño en el edificio. En la estación de verano es posible que haya más gente que durante el resto del año, pero normalmente son amigos o familiares de los otros propietarios que van a pasar unos días y como ya nos conocemos todos nos nos supone ningún quebradero de cabeza.
-Y si te toca ser presidenta, ¿qué es lo primero que implementarías en la comunidad?
Pienso que es necesaria una gestión más optimizada de la información administrativa del edificio porque sino te vuelves loca. Quizá sería interesante incluir herramientas digitales que nos faciliten esta labor como una aplicación o un programa que registre las incidencias, los gastos, los recibos y toda la información financiera.
-¿Disponéis de algún profesional que os ayude con la administración en vuestro bloque?
No. Normalmente todas las gestiones las hace el presidente y como va rotando es un poco jaleo, porque al final muchos problemas se quedan sin atender.
-Entonces, ¿contarías con la presencia de un administrador de fincas si fueras presidenta?
Por supuesto que sí. De hecho ya se lo hemos propuesto al presidente, porque creo que su labor es fundamental para el bienestar de cualquier comunidad de vecinos, porque prestan atención a todos los asuntos que conciernen a los propietarios, y que nosotros no podemos atender porque no disponemos de tiempo. Por tanto, es una liberación que ellos se ocupen de todo.