Desde hace muchos años la mujer está luchando para ser reconocida en oficios que originalmente han sido más propios del género masculino. Desde los más cualificados como ingenierías o aquellos del sector de la tecnología hasta los menos como los relacionados con la construcción o la agricultura. Una situación que también se ve reflejada en el trabajo de administrador de fincas, donde ha conseguido el lugar que se merece, siendo que en los inicios de la profesión su relevancia y su presencia eran prácticamente anecdóticas.
La Comunitat Valenciana no ha sido un caso aislado, pero actualmente 600 mujeres, cerca del 40% del total en esta área geográfica, están registradas en el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de la Comunidad Valenciana, institución en la que a menudo se esfuerzan por valorar por igual el trabajo de todos sus colegiados.
Carmen Guaita es una de ellas y lleva más de 20 años demostrando su valía, su honestidad y su compromiso con una profesión que requiere de tanto esfuerzo como la suya. Aunque el trabajo de administrador de fincas se está viendo beneficiado por la introducción de la tecnología en muchas de sus funciones: desde el uso del correo electrónico para la comunicación como la utilización de programas informáticos y de aplicaciones móviles como la reciente Fynkus para su gestión.
¿Cómo llegaste al mundo de los administradores de fincas?
Llegué por casualidad. Estudié para obtener el título porque una hermana mía quería dedicarse a ello e hicimos juntas el curso. Ella empezó en el año 1993 y falleció un año después. No sé muy bien por qué, pero la sustituí en las pocas fincas que llevaba en ese momento.
¿Era un mundo complicado para una mujer en aquella época?
Hay compañeras cuyos familiares ya ejercían la profesión y han continuado en despachos o sociedades. Supongo que para ellas sería más fácil. Las que como yo empezamos a levantar un despacho por nuestra cuenta fue un poco más difícil. Sobre todo, buscar clientes y ejercer sin tener colaboradores con amplia experiencia.
¿Qué destacas de tu profesión?
Las tareas a realizar son muy variadas: contabilidad, pagos y cobros, control de morosidad, relaciones judiciales de recibos pendientes, gestión con proveedores (ascensoristas, extintores, seguros, etc.), atención al cliente y al presidente, mediación en conflictos para la buena convivencia, convocación de juntas, envío de actas, asesoramiento en temas legales y técnicos, solicitud de subvenciones, etc. Todo lo que haga falta según el tipo de edificio y las necesidades que presente.
¿Con qué tipo de problemáticas te sueles encontrar en tu trabajo?
Las problemáticas son tan variadas como las personas que están involucradas: desde falta de financiación para mantener el edificio por la situación económica actual hasta problemas entre vecinos como ladridos de perros, ruidos molestos, que se tienda ropa chorreando, ruidos, que el presidente asignado no quiera serlo, etc.
¿Cuáles son las claves para un buen trabajo como administrador de fincas?
Las claves para un buen trabajo son la honestidad, la transparencia, la formación continua y desempañar un trabajo de calidad que aporte satisfacción al cliente.