No todas las comunidades son como la de nuestro presidente de vecinos favorito, Luis Mateo. Las discusiones y conflictos con vecinos son una de las pegas por las que ha pasado prácticamente la totalidad de los propietarios. La acumulación de tensiones, los desacuerdos, las malas prácticas y un comportamiento hostil pueden derivar, no solo en un enfrentamiento, sino que también en una alteración en la convivencia con el resto de los vecinos de la comunidad.
Ante estas situaciones, el papel del administrador juega un papel fundamental. Él o ella será quien deberá intervenir entre ambos vecinos, mediar y lograr alcanzar un consenso que agrade a todos. Esta tarea no es nada fácil. Además, este tipo de disputas pueden suponer a la comunidad un coste económico para la gestión y resolución del problema ya que supondrá unos esfuerzos, tiempo y dinero adicionales.
Sin embargo, es en este tipo de situaciones cuando los vecinos de la comunidad verán las capacidades de su administrador ya que solo un profesional preparado en la materia y consciente de su papel en la comunidad, será capaz de percibir la profundidad del conflicto y actuar debidamente sobre él. A través de la mediación, el administrador será quien actué como guía en la búsqueda por una solución que tomada por aquellos que componen el enfrentamiento, será el responsable de la reunión y velará por que los objetivos expuestos en ella se logren.
Su efectividad está más que comprobada ya que siempre hay mayor predisposición de las partes a aceptar aquello a lo que se ha llegado mediante el consenso, frente a lo impuesto por un tercero. Cabe destacar que los acuerdos adoptados no pueden ir en contra a las decisiones tomadas en Junta de Vecinos ni pueden afectar a propietarios diferentes de los implicados.
Uno de los puntos que ha dotado de tanta relevancia a este método es su eficacia para superar y prevenir dificultades relacionadas con temas como la convivencia entre los vecinos o los problemas con las comunidades vecinas.
La mediación ayuda a afrontar este tipo de problemas desde el principio, facilitando su fácil y rápida solución a través del diálogo, la empatía y la participación.